Una nueva era para la sostenibilidad
Novedades Legislativas en Materia de Sostenibilidad
No cabe duda de que nos enfrentamos a una nueva era. Un nuevo proyecto de sociedad caracterizado por una visión más sostenible (medioambiental y socialmente) del mundo que nos rodea. Unos nuevos retos para la sociedad futura; la sociedad que queremos y debemos ser. No se trata ya de una cuestión de filias o voluntades particulares, sino de un nuevo contexto y marco normativo en el que debemos conocer los nuevos requisitos legales que nos aplican y estar preparados para cumplirlos.
A nivel mundial, este nuevo enfoque se articula a través de pactos voluntarios entre países: Pacto de París, Agenda 2030… A nivel europeo y nacional surgen distintas regulaciones que permitirán definir políticas concretas para ayudar a empresas e individuos a alcanzar aquellos retos que se esperan de nosotros; los retos de la nueva sociedad, los retos de una sociedad sostenible.
Durante los últimos meses, España ha dado un salto cualitativo en la definición de dichas políticas con la publicación del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima y el I Plan de Acción de Economía Circular 2021-2023.
La Administración Pública, por su parte, tiene una importante misión en la materialización de estos planes a través de iniciativas como la compra verde o sostenible. En este sentido, en enero de 2019 se aprobó el Plan de Contratación Pública Ecológica de la Administración General del Estado.
Estos planes, aun con sus diferencias tanto en términos de alcance, objetivos, enfoques o plazos, tienen características en común;
1.Innovación y Sensibilización.
Si queremos que las cosas cambien, deberemos pensar de forma diferente. “Think different”, como acuñó Steve Jobs para sus productos de Apple.
El nuevo pensamiento y la búsqueda de soluciones imaginativas pasa por un mayor nivel de concienciación y sensibilización por parte de la sociedad. Debemos crear y educar a los consumidores del futuro y lograr que éstos ejerzan un papel tractor en el desarrollo de nuevas y más eficientes/sostenibles soluciones por parte de las industrias y mercados.
En este sentido, la Economía Circular juega un papel crucial. Las iniciativas de circularidad en las organizaciones pasan, a menudo, por un proceso de análisis interno/externo y una definición de proyectos de mejora que podrían enmarcarse en la I+D+i tradicional, si bien, con una perspectiva fundamentalmente medioambiental. Las soluciones en materia de circularidad deben articularse sobre los principios de Economía Circular que, según describe Ellen McArthur Foundation, son:
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- Eliminar residuos y contaminación desde el diseño
- Mantener productos y materiales en uso
- Regenerar sistemas naturales
2. Eficiencia en el uso de recursos y energía.
La eficiencia en el uso y consumo de recursos y energía es otro de los factores clave y coincidentes en la normativa en materia de sostenibilidad. Se debe apostar por una reducción de la energía consumida y no solo por un cambio en su naturaleza. Lo mismo sucede con los productos y/o servicios consumidos. Las organizaciones deberán revisar y hacer cambios en sus procesos, posibilitando la eficiencia de los mismos (reducción de consumos, minimización en la producción de residuos y la circularidad de los mismos, convirtiendo antiguos residuos en subproductos o materias primas recicladas).
3. Neutralidad Climática a través de la reducción paulatina de la Huella de Carbono.
La reducción de gases de efecto invernadero es una preocupación común a todas las políticas y planes actuales en materia de sostenibilidad. España se ha comprometido, a través de la firma del Pacto de París, con la contención del aumento de la temperatura a nivel global y se ha puesto como margen para alcanzar la neutralidad en carbono para el año 2050.
Este ambicioso objetivo pasa por la realización de cambios sustanciales en nuestros sectores con mayor impacto sobre el cambio climático, como son la producción energética (que deberá priorizar el uso de energías alternativas a los combustibles fósiles) o el sector de transporte y movilidad, que actualmente representa más de un 25% en la emisión de GEI (transporte por carretera), y sobre el que se plantean distintas políticas que pasan por la eliminación de combustibles tradicionales para sustituirlos por biocombustiles, gases renovables o priorizar la movilidad eléctrica.
El Plan Integrado de Energía y Clima afecta de forma directa y prioritaria a aquellos sectores que participan en régimen de comercio de derechos de emisión, las grandes industrias y el sector eléctrico y los sectores difusos (agrario, forestal, transporte, residencial, institucional, comercial y de gases fluorados).
En este sentido, y conforme se regula en la Ley de Cambio Climático, en su disposición final duodécima, las organizaciones deberán calcular y publicar su huella de carbono, así como elaborar y publicar un plan de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. La disposición se daba un plazo de un año para articular este requisito, por lo que se espera que se materialice antes de mayo de 2022.
4. Alineación con la Agenda 2030
La totalidad de las políticas y planes indicados en el presente artículo confluyen y se articulan sobre los Objetivos del Desarrollo Sostenible. Si bien estos planes se definen para un plazo de tiempo superior, en su mayoría hasta 2050, todos ellos cuentan con un “deadline” en 2030 que coincidirá con la revisión de cumplimiento de la Agenda 2030 y la definición de los nuevos objetivos de desarrollo sostenible. No cabe duda de que las políticas, controles o iniciativas aquí planteadas tienen como fin último conseguir una sociedad más sostenible, inclusiva y equitativa, que son en parte los fines de la Agenda 2030. Una sociedad que no permita que nadie se quede atrás en el desarrollo y que posibilita a todos los estados, países o territorios un crecimiento sobre los pilares de la sostenibilidad.
Las organizaciones tienen aquí una nueva oportunidad, a través de la alineación de sus ejes y metas estratégicas a la consecución de los diferentes ODS. En un nuevo mercado en el que los clientes y consumidores se encuentran familiarizados y sensibilizados con los aspectos no financieros de los negocios, resultan crucial la incorporación de éstos a los procesos estratégicos y procesos de toma de decisiones corporativas.
Estamos en un momento de viraje; un cambio de mentalidad, de rumbo, de prioridades. Una nueva sociedad se está gestando y debemos estar a la altura. La nueva normativa nos exige cambios en las organizaciones y debemos posicionarnos.
Y tú, estás preparado?