La Inversión Socialmente Responsable (ISR): La inversión del futuro.

Hemos llegado a un punto de no retorno y la sostenibilidad a llegado a nuestras vidas para quedarse. Aun así, como en todo, existe un pero: la agenda 2030 necesita ser financiada y la década de la acción (denominada así por Naciones Unidas) es la última oportunidad para acelerar dicha financiación y aprovechar las oportunidades que esto ofrece al planeta y a la economía.

Por este motivo, en el presente articulo se pretenden exponer unas nociones básicas sobre las finanzas sostenibles y la inversión con impacto.

Cuando nos referimos a las finanzas sostenibles, se hace referencia a la inclusión de cuestiones medioambientales, sociales y de gobernanza en la toma de decisiones de inversión. Es decir, integrar los llamados criterios ESG al análisis tradicional (análisis de la empresa, análisis de los estados financieros, etc.). Consiste en ir más allá y no invertir solo teniendo en cuenta la rentabilidad de la inversión.

La inversión de impacto, es aquella cuyo objetivo es generar un impacto social o medioambiental medible y que al mismo tiempo genere un retorno económico/financiero. Es decir, persigue un doble retorno: el tradicional retorno financiero y un retorno de la inversión social o medioambiental.

El impacto positivo se podría clasificar en tres categorías en función de la estrategia de inversión (fuente: AFI):

  • Inversión de impacto: Tiene como objetivo generar un impacto social o medioambiental junto con un retorno financiero.
  • Inversión alineada con los ODS: La estrategia en base a los ODS consiste en invertir en actividades que contribuyan de manera directa la consecución de los ODS y que permitan medir dicha contribución.
  • Inversión temática: Esta estrategia invierte en aquellas compañías o actividades que estén alineadas con un desarrollo sostenible, ya sea ambiental o social.

Este tipo de inversión tiene una serie de características concretas:

Intencionalidad Voluntad de generar un impacto social o medioambiental positivo y cuantificable previo a la constitución de la cartera
Retorno económico Generación de un impacto financiero
Causalidad Debe existir una relación de causa-efecto entre la inversión realizada y el impacto generado
Medición Es necesario que el resultado de dicha acción sea cuantificable
Reporting Necesidad de informar sobre los resultados obtenidos y el cumplimiento del impacto identificado

Fuente: elaboración propia en base a Global Impact Investig Network (GIIN)

Y la pregunta que todos os haréis será ¿cómo o en qué invertir para generar un impacto positivo? Esto resulta mas sencillo en los mercados de renta fija, donde nos podemos encontrar, principalmente, los siguientes casos:

  • Bonos sostenibles. A su vez se pueden dividir en bonos verdes y bonos sociales. El uso de estos fondos va destinado a financiar proyectos verdes o sociales.
  • Transition Bonds: El uso de los fondos irá destinado a proyectos vinculados con la transición climática.
  • Bonos azules: El uso de los fondos se destinará a proyectos marinos.

En el caso de la renta variable, resulta más difícil encontrar la característica de causalidad que anteriormente se menciona por lo que habría que seleccionar compañías que, a través de su negocio, sean capaces de generar un impacto positivo o contribuir en el desarrollo sostenible.

Al final, lo más importante es que la búsqueda del impacto positivo en el ámbito de la sostenibilidad debe condicionar la toma de decisiones de inversión.

Como muchos lectores ya sabréis, BlackRock, una de las principales empresas de gestión de fondos a nivel mundial, ya tiene en cuenta la sostenibilidad en todas sus inversiones y, entre otros asuntos, recalca que la sostenibilidad debe ser el nuevo estándar de inversión.

Que un fondo de inversión como este integre los criterios ESG en sus decisiones de inversión denota el auge de las finanzas sostenibles y su relevancia para conseguir el cambio hacia un nuevo modelo económico.

Aún queda mucho camino por recorrer en cuanto a la regulación, estandarización, reporting… pero la revolución sostenible en las finanzas ya ha comenzado y será la forma de inversión del futuro.

Por: Sonia Carreño Cargo Técnica de Auditoría en PFS GRUPO