Descifrando la Huella de Carbono: Implicaciones y Obligaciones Empresariales

Todo el mundo habla de Huella de Carbono, su compensación o reducción, pero ¿realmente conocemos qué hay detrás?, ¿qué implicaciones y obligaciones tiene para la empresa?

En el siguiente documento tratamos de explicar que hay detrás del concepto “huella de carbono” y la importancia de su correcta gestión para la empresa.

¿Qué es la huella de Carbono?

La huella de carbono representa el volumen total de gases de efecto invernadero (GEI) que producen las actividades económicas y cotidianas del ser humano. Este indicador ambiental mide tanto las emisiones directas como indirectas de compuestos como el metano (CH4), el óxido de nitrógeno (N2O), los hidrofluorocarburos (HFCs), los perfluororcarburos (PFCs), el hexafluoruro de azufre (SF6) y, sobre todo, del más abundante y que más ha contribuido al calentamiento global desde 1990: el dióxido de carbono (CO2).

La huella de carbono corporativa es la que proviene de las emisiones de GEI relativas a la actividad de una empresa u organización.

Las emisiones de gases de efecto invernadero se clasifican en tres grupos o «alcances». El Alcance 1 cubre las emisiones directas de fuentes propias o controladas. El Alcance 2 cubre las emisiones indirectas procedentes de la generación de electricidad, vapor, calefacción y refrigeración comprados y consumidos por la empresa que realiza el cálculo. El Alcance 3 incluye el resto de emisiones indirectas que se producen en la cadena de valor de una empresa.

Alcance 1: Combustión de combustibles, vehículos de empresa, emisiones fugitivas (p. ej: equipos de climatización).
Alcance 2: Electricidad comprada, calefacción y vapor.

Alcance 3: Productos y servicios comprados, viajes de negocios, desplazamiento de empleados, eliminación de residuos, uso de productos vendidos, transporte y distribución, inversiones, activos arrendados y franquicias.

¿Por qué deben las empresas medir sus emisiones de Alcance 3?

Son muchas las ventajas asociadas a la medición de las emisiones de Alcance 3. Para muchas empresas, la mayoría de sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y las oportunidades de reducir costes se encuentran fuera de sus propias operaciones. Al medir las emisiones de Alcance 3, las empresas pueden:

  • Evaluar dónde se encuentran los puntos críticos de emisión en la cadena de suministro;
  • Identificar los riesgos de recursos y energía en su cadena de suministro;
  • Identificar qué proveedores son responsables y cuáles están rezagados en cuanto a su desempeño de sostenibilidad;
  • Identificar oportunidades de eficiencia energética y reducción de costes en su cadena de suministro;
  • Hacer partícipes a los proveedores y ayudarles a implementar iniciativas de sostenibilidad
  • Mejorar la eficiencia energética de sus productos
  • Comprometerse de forma positiva con los empleados para reducir las emisiones de los viajes de negocios y desplazamientos.

La huella de carbono que genera cada fuente de emisión es el resultado del producto del dato de consumo (dato de actividad) por su correspondiente factor de emisión.

Huella de carbono = Datos de Actividad x Factor de Emisión

En base a esta fórmula, existen varias metodologías para el cálculo de la huella de carbono (UNE-ISO 14064, GHG Protocol, etc.).

Para reducir o compensar la huella de carbono, es necesario aplicar un conjunto de prácticas y dinámicas que aíslen o capturen el CO2 producido de la atmósfera. Las empresas son agentes sociales imprescindibles para lograr una transformación hacia una sociedad baja en carbono y respetuosa con el cambio climático.

De hecho, son cuantiosas las empresas que de forma voluntaria se han adherido a los diferentes registros de la huella de carbono, y algunas ya quieren destacar como «neutras en carbono», es decir, aspiran a un balance cero de CO2.

Las empresas pueden aplicar una serie de medidas para reducir la huella de carbono, que tendrán un gran impacto medioambiental y social.

  • Inscribirse en registros de la huella de carbono.
  • Reducir el consumo de materias primas, energía o de productos.
  • Compensar la huella de carbono: realizando una aportación económica voluntaria a proyectos que consiguen reducir una cantidad de CO2 equivalente.
  • Reducir el uso de energía:

o Implantar mejoras de eficiencia energética.
o Contratar energía procedente de fuentes renovables.

o Cambiar los gases refrigerantes por otros con menor potencial de calentamiento global.
o Programar el apagado y desconexión automática de los equipos.
o Promover el trabajo flexible, para reducir el número de horas de los empleados en las instalaciones.

o Desarrollar proyectos para la incorporación de energías limpias en las instalaciones (geotermia, energía solar)

  • Apostar por el abastecimiento sostenible: contar con proveedores o intermediarios que también tengan registrada la huella de carbono.
  • Reducir o adaptar la movilidad de los trabajadores y el transporte de mercancías.
  • Impulsar el uso de combustibles alternativos: introducir una flota de vehículos eléctricos, la pila de hidrógeno, los biocombustibles o el biometano.

La compensación de la huella de carbono consiste en neutralizar la cantidad de emisiones de CO2 que emite una empresa, organización, producto o servicio cuando se desarrolla una actividad, invirtiendo económicamente en un proyecto ambiental.

Entre los proyectos de compensación de carbono están los proyectos forestales que promueven el secuestro y la absorción de CO2 por los suelos y los bosques forestales. Existen en el mercado varias empresas que promueven la repoblación forestal.

Para hacer frente al cambio climático, el Parlamento Europeo aprobó la Ley Europea del Clima, que aumenta el objetivo de la UE de reducir las emisiones netas de gases de efecto invernadero al menos un 55% para 2030 (desde el 40% actual) y hace jurídicamente vinculante la neutralidad climática para 2050.

La Ley Europea del Clima es parte del Pacto Verde Europeo, la hoja de ruta de UE que busca la neutralidad climática. Para conseguir este objetivo, la Unión Europea ha propuesto un ambicioso paquete legislativo llamado «Objetivo 55 en 2030» que compone de varias leyes revisadas interconectadas y de nuevas propuestas de ley sobre el clima y la energía.

Por su parte, los países miembros de la UE han legislado también para hacer frente al cambio climático. En España existen dos requisitos legales a destacar:

  • Ley 7/2021, de 20 de mayo, de cambio climático y transición energética.
  • Real Decreto 163/2014, de 14 de marzo, por el que se crea el registro de huella de carbono, compensación y proyectos de absorción de dióxido de carbono. En este momento se encuentra en redacción una nueva norma que modifica este RD, incluyendo obligaciones para determinadas organizaciones.

En Asturias:

  • Ley 1/2023, de 15 de marzo, de Calidad Ambiental.
  • Decreto 40/2021, de 29 de julio, por el que se regula la organización y funcionamiento del registro de huella de carbono para la reducción, absorción y compensación de emisiones de gases de efecto invernadero del Principado de Asturias.

Existen es España varios registros autonómicos, además del nacional; Andalucía, Asturias, Baleares, Cataluña, Comunidad Valenciana,…

Huella de carbono de producto: La huella de carbono de producto hace referencia a las emisiones de GEI que se producen durante las etapas de extracción de materias primas en el proceso productivo, es decir, la generación de energía necesaria para fabricar un producto, el transporte durante este proceso y el uso por parte del cliente y su tratamiento.

La huella de carbono personal: La huella de carbono personal es la que origina un solo individuo en su vida cotidiana al desplazarse, consumir, alimentarse y utilizar recursos como la energía.

La huella de carbono de un evento: La huella de carbono de eventos mide la cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero que son liberadas a la atmósfera a consecuencia del desarrollo del conjunto de actividades de un evento.